A veces se ralentiza el metabolismo y cuesta mucho perder peso. Para evitar el metabolismo lento, lo mejor es saber cuáles son las causas que lo producen que a veces son costumbres de nuestra vida cotidiana y otras es debido a enfermedades o desajustes internos de nuestro organismo.
Una de las causas de que cueste tanto perder peso, puede ser que el metabolismo sea más lento de lo normal. Por eso, es muy importante saber si de forma involuntaria estamos cometiendo errores que nos impiden perder peso y además nos hacen engordar.
Causas y consecuencias del metabolismo lento
El metabolismo es el conjunto de procesos y transformaciones químicas a través de las cuales se renuevan las distintas sustancias del organismo. Se activa después de la digestión y se basa en la reabsorción y transformación de las sustancias contenidas en los alimentos que ingerimos.
El metabolismo es esencial para que el organismo funcione adecuadamente y está compuesto por dos etapas, una llamada anabolismo o de formación y otra llamada catabolismo o destrucción.
Cuando se realiza una dieta para adelgazar, el metabolismo debería estar en la fase de destrucción o catabolismo del tejido adiposo para obtener la energía necesaria ya que hemos reducido el aporte calórico y nuestro organismo necesita más energía de la que le estamos suministrando. Si esto no sucede, es cuando hablamos de metabolismo lento.
En algunas situaciones que el organismo percibe como un problema (una dieta muy estricta, por ejemplo) que puede poner en riesgo su supervivencia, el metabolismo reduce al máximo el gasto calórico para poder aumentar la cantidad de reservas.
Causas del metabolismo lento
Una de las causas más comunes, es un problema orgánico, por ejemplo, el hipotiroidismo. La glándula tiroides es la hormona más importante en la regulación del metabolismo y el gasto calórico. Cuando funciona de forma deficiente, puede producirse hipotiroidismo y como consecuencia un metabolismo lento que da lugar al sobrepeso. Se detecta de forma muy sencilla en un análisis de sangre, y tomando la medicación adecuada, se puede hacer vida totalmente normal y perder peso a un ritmo adecuado.
Otra de las causas orgánicas del metabolismo lento, pueden ser las intolerancias alimentarias que en muchos casos se desconocen. Si somos intolerantes a algún alimento, podemos tener una mala digestión y el metabolismo más lento de lo normal. Si sientes pesadez, hinchazón abdominal e incluso con un vaso de agua te sientes hinchada, sería conveniente que consultases con un gastroenterólogo para ver si pudiera ser una intolerancia el problema.
Existen otras causas que no son orgánicas y dependen de nuestros hábitos de vida.
No realizar al menos 5 comidas diarias. Si se come poca cantidad en varias veces al día, el metabolismo se acelera y se queman grasas más rápido. De esta forma, en cada comida se come menos cantidad porque se llega con menos hambre que si se llevan muchas horas sin comer.
Desayunar muy tarde. Si pasan muchas horas entre la cena y el desayuno, el organismo lo detecta como falta de alimento y se pone alerta para guardar todo lo que pueda del desayuno cuando lo hagamos.
No comer en todo el día y llegar por la noche y darse un atracón. Está comprobado que si se sigue una dieta muy estricta o se pasan muchas horas sin comer, el organismo se adapta a esta situación intentando almacenar la mayor cantidad posible de nutrientes de las veces que comemos bajando su metabolismo. Este proceso fisiológico se llama hiperfagia adaptativa.
Comer muy rápido. Si no se mastica bien el alimento, el metabolismo se hace más lento, porque el estómago necesita más tiempo para hacer la digestión. Cuanto más despacio comas más acelerarás tu metabolismo.
Beber poca agua. Tu organismo necesita al menos dos litros de agua diarios. El agua es imprescindible para eliminar toxinas e impurezas y no tomar la cantidad necesaria, puede interferir en la eliminación de las mismas. Además, las células necesitan agua para funcionar correctamente.
Dormir poco. Una investigación de la Universidad de Surrey en el Reino Unido, reveló que dormir menos de seis horas de manera diaria, provoca daños en el metabolismo e incrementa las posibilidades de sufrir diabetes.
No tomar fibra. Aumentar los niveles de fibra pasándonos a panes, arroces y pastas integrales aumentará nuestro metabolismo.
No hacer ejercicio físico. El ejercicio incrementa el gasto calórico y hace al metabolismo trabajar más deprisa en quemar calorías ya que se producen situaciones en que necesita los nutrientes de forma más inmediata y esto hace que trabaje más deprisa todo el tiempo.
Beber alcohol. El alcohol, aparte de que proporciona muchas calorías, desacelera el metabolismo y la capacidad de quemar grasas y además deshidrata el organismo. Por eso, es muy importante tener el hábito de no tomar más de un vaso de alcohol que podemos incluir en la comida, pero hay que tener en cuenta que luego hay que tomar más agua para hidratar. Lo ideal es consumirlo de forma muy esporádica.
Fuente: Imeoobesidad
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