La higiene bucodental va más allá de cepillarse los dientes y dejarlos limpios. También incluye la lengua, el músculo que nos permite degustar, masticar, hablar y muchas otras funciones como la deglución.
La lengua puede contraer infecciones y enfermedades, como la candidiasis, que es causada por un hongo, provocando ardor y molestias al hablar o comer.
Por ello es necesario limpiarla adecuadamente cuando lo hacemos con los dientes y el resto de la boca. Pero antes debes saber que si tu lengua es de un color rosa claro está sana, pero si más bien está blanquecina o amarillenta, podría tener alguna enfermedad.
Ahora te mostraremos cómo debes asearla para evitar complicaciones, con estos sencillos pasos:
-Extiende tu lengua para poder limpiar todas las superficies.
-Raspa o cepilla tu lengua con movimientos de adentro hacia afuera.
-Limpia tu boca con un enjuague bucal moviendo el líquido por toda la boca para asegurar la limpieza profunda.
Este procedimiento debe realizarse al menos dos veces al día, junto con el cepillado de los dientes.
Los raspadores (instrumentos para limpiar la lengua) son generalmente de metal o plástico, siendo estos últimos más populares y económicos.