¿Consumís leche todos los días? ¿Pensáis que si tomáis más cantidad de leche es mejor para tu salud? Cuidado, recientemente se publicó un estudio científico que demuestra que la leche aumenta el riesgo de fracturas y la mortalidad en general.
Desde que nace el ser humano, se alimenta con leche, y según las recomendaciones de las sociedades de pediatría a nivel mundial, es bueno hacerlo hasta el año de edad. Si no se puede seguir amamantando por temas laborales o personales, tampoco la mujer debe sentirse culpable. La mayoría no puede hacerlo, es muy entendible, y no es grave. ¿Sabías que tomar leche en exceso aumenta la mortalidad? Yo tampoco, y a mí también me sorprendió este dato.
¿Consumís leche todos los días? ¿Pensáis que si tomáis más cantidad de leche es mejor para tu salud? Cuidado, recientemente se publicó un estudio científico que demuestra que la leche aumenta el riesgo de fracturas y la mortalidad en general.
Desde que somos chicos siempre nos han dicho que es buenísimo y muy saludable tomar leche y consumir productos lácteos como el queso y el yogurt. En la mayoría de los hogares, es muy frecuente que las familias consuman, en el desayuno y a la tarde, café, mate, o té, y generalmente se acompaña con leche.
Como es el primer alimento que uno conoce y consume, no parecería ser un planteamiento válido sospechar que la leche es realmente sana. O sea, la mayoría no pondría en duda este hábito de la vida cotidiana, y hasta un pilar central de las recomendaciones nutricionales, siempre formando parte de la característica pirámide de la dieta.
Desde que las mujeres son jóvenes, se les recomienda un alto consumo de lácteos para fortalecer el desarrollo de sus huesos. También en la etapa de la menopausia ayudaría, supuestamente, a prevenir las fracturas causadas por la osteoporosis, ya que la leche contiene especialmente calcio y vitamina D. Esta idea, que se difundió y recomendó durante décadas, ahora es puesta en duda por un grupo de investigadores suecos pertenecientes a las Universidades de Uppsala y el Instituto Karolinska, entidad que entrega el Premio Nobel de Medicina.
El estudio, que se publicó el 28 de octubre de 2014 en la prestigiosa revista British Medical Journal, analizó a más de 106.000 personas (61.433 mujeres y 45.339 hombres) en Suecia, las cuales respondieron un formulario que incluía 96 alimentos y bebidas. El promedio de seguimiento del grupo de mujeres fue 20.1 años, y el de los hombres, 11.2 años.
Durante los 20 años de seguimiento, murieron 15.541 mujeres y 17.252 tuvieron una fractura. Los resultados fueron sorprendentes. Cuando las mujeres tomaban mayor cantidad de leche (1 vaso equivale a 200 ml), no se demostró una disminución en el riesgo de fracturas. Las mujeres que tomaron 3 o más vasos de leche (promedio 680 ml) por día tenían mayor riesgo de mortalidad que las mujeres que tomaron menos de un vaso de leche por día (promedio de 60 ml), una dosis estándar si se toma sola o acompañando con otras bebidas como el café, té o mate cocido.
En cuanto al grupo masculino, después de 11 años de seguimiento se identificaron 10.112 personas fallecidas y 5.066 sufrieron fracturas. Los hombres también tuvieron mayor riesgo de mortalidad y fracturas cuando tomaron leche en exceso, pero en menor proporción que las mujeres.
Lo interesante a nivel genético-molecular es que se identificó la asociación de la ingesta de leche con la activación de 2 biomarcadores, 8-iso-PGF2α y la interleucina 6 (gen IL6), que forman parte del estrés oxidativo y el proceso de la inflamación, respectivamente. La leche activaría un mecanismo celular llamado estrés oxidativo que, si es muy severo, puede causar la muerte celular y, por ende, a mayor escala, la muerte de tejido. Y, como vimos a largo plazo, la muerte de una persona. Según este estudio, no habría el mismo resultado negativo con la ingesta de productos lácteos como el queso y yogurt.
A su vez, la leche contiene un tipo de azúcar llamado galactosa. Esta sustancia química se absorbe en el intestino, y luego en el hígado («el laboratorio del cuerpo»), y se convierte en otro tipo de azúcar, glucosa, la cual es utilizada como energía por las células y tejidos. Según este estudio y algunas observaciones anteriores, se ha demostrado que la galactosa estimularía el envejecimiento causando una menor expectativa de vida a través de la activación del estrés oxidativo.
Se demostró que una inyección subcutánea de 100 mg/kg de galactosa acelera el envejecimiento en ratones. Este valor es equivalente a 6-10 g en los seres humanos y corresponde a 1-2 vasos de leche. También el otro azúcar presente, la lactosa, se ha asociado con un mayor riesgo de infarto cardíaco.
Es importante aclarar que la leche materna es saludable para los bebes, y que la mayoría de las personas que toman leche no estarían afectadas por su ingesta. Sólo las que la toman en exceso, lo que equivale a 3 o más vasos de leche por día.
Este estudio tiene algunas limitaciones, como no distinguir entre leche entera y descremada. También sabemos que es complejo cuantificar porciones en la dieta; ambos factores deberían analizarse en investigaciones posteriores.
Pero claramente se cuestiona el rol que cumple la leche en la dieta, por lo que deberíamos analizar profundamente este efecto: equipos de investigación a nivel mundial tienen que confirmar definitivamente si este producto de origen animal aumenta la mortalidad en los seres humanos.
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