Cómo tener una vida activa

¿Qué entendemos por llevar una vida activa?

Llevar una vida activa significa abandonar el sedentarismo y una serie de patrones inadecuados respecto a nuestra actividad física que, a la larga, pueden influir negativamente en nuestra salud: sobrepeso, enfermedades cardiovasculares, etc.

Es muy importante que tengamos presente que nuestro organismo está desarrollado, tanto estructural como fisiológicamente, incluso mentalmente, para el movimiento. Por lo tanto, permanecer quietos durante la mayor parte del día es antinatural.

Lo que ocurre es que, debido sobre todo a la imparable evolución de las nuevas tecnologías, muchos trabajos y gran parte del ocio ha limitado enormemente el esfuerzo físico, convirtiendo el excesivo sedentarismo en un problema social, que afecta incluso a los niños.

Inconvenientes de no llevar una vida activa

La falta de ejercicio implica una cadena de factores negativos:

  • Quemamos menos calorías de las que ingerimos, lo que fomenta la obesidad
  • En consecuencia, aumentamos la posibilidades de tener el colesterol alto y que se taponen las venas y arterias.
  • Nos sentimos más fatigados y nuestra capacidad respiratoria se vea mermada
  • Tenemos menos ganas de practicar ejercicio, ya que cada vez nos cuesta más esfuerzo.
  • Nuestra piel estará mucho más flácida, poco tersa, sobre todo en brazos, abdomen y piernas, dando un aspecto menos joven.

En definitiva, es un pez que se muerde la cola que nos hace caer en un círculo vicioso muy negativo para nuestra salud.

Aprende a activar tu vida

Si tu rutina diaria está muy marcada por el sedentarismo, lo que no tienes que hacer es empezar a correr de golpe 5 kilómetros diarios o pasar horas en el gimnasio, ya que sería contraproducente. Empezar a realizar ejercicio físico cuando no estamos acostumbrados conlleva un cierto periodo de adaptación, debiendo estar en consonancia con nuestra edad, condición física, capacidad, etc.

Por suerte, existen una serie de prácticas muy sencillas y fáciles de incorporar en tus hábitos diarios, que te van a servir para conseguir unos niveles aceptables de ejercicio físico:

  • Andar. Un truco fantástico es bajarte una o dos paradas antes cuando viajes en autobús, o bien olvidarte del coche o la moto para los trayectos cortos.
  • Sube escaleras. Si vives en un tercero o incluso un cuarto no tienes que utilizar obligatoriamente el ascensor. Subir y bajar por las escaleras es mucho más sano e incluso más rápido. Una receta que también puedes aplicar en la oficina o cuando vayas a un centro comercial.
  • Haz pequeñas pausas en los trabajos sedentarios y muévete. De esta forma matas dos pájaros de un tiro, haces una merecida pausa en el trabajo de oficina o mientras estés estudiando y aprovechas para estirar las piernas y desentumecer los músculos. No hace falta que te muevas muchos: ponerte de pie y andar por el pasillo puede ser suficiente. Además, si trabajas frente al ordenador evitarás la temida fatiga visual, caracterizada por el picor de ojos, lagrimeo, enrojecimiento y hasta visión borrosa.
  • Ponle intensidad a sus labores domésticas. Tan fácil como añadir, ritmo, rapidez y vigor a los movimientos que realizamos al fregar el suelo, sacar el polvo o hasta planchar. Actuando así acabarás estas tareas antes y podrás dedicar más tiempo al ocio.
  • Queda con amigos para actividades que requieran movimiento físico. Pocas cosas hay tan agradables que hacer excursiones, pasear o montar en bici en buena compañía.
  • Sigue una alimentación saludable. Para sentirte bien y con energia a lo largo del día, es imprescindible también combinarlo con una buena alimentación saludable, te sentirás más vital y notarás que estás mejor contigo mismo.
  • Inicia algún deporte. Deporte y salud van de la mano. No hace falta apuntarse al gimnasio o iniciar una actividad muy intensa, simplemente algo que te motivo y que haga moverte ya marcará la diferencia.

Si aún quieres más motivos para luchar contra el sedentarismo es que la falta de ejercicio nos desmejora físicamente, haciendo que parezcamos más mayores. Por ejemplo, nuestra piel estará mucho más flácida, tanto en el rostro como  brazos, abdomen y piernas. La vida activa nos hará vernos mejor físicamente, lo que nos ayudará a elevar nuestra autoestima.

Fuente: Cerdanya Eco Resort

Muchas gracias por votar

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

error: El contenido está protegido !!
Scroll al inicio