Empezar el día con ánimo y buen humor

¿Eres de los que se suelen levantar de buen humor y con energía? Hay gente a la que parece no costarle nada y según avanza el día parecen mantener el buen humor. Sin embargo puede que tú lo intentes pero siempre parece haber algo o alguien dispuesto a estropearte el buen humor. Entonces te preguntas cómo lo hacen otros para estar siempre de buen humor.

Es tan fácil perder el buen humor

Te levantas más o menos bien ¿pero enseguida parece que el mundo se ha conjurado en tu contra? El vecino de arriba está haciendo ruido. No sale agua caliente en la ducha. Se te quema la tostada. Los niños no te hacen ni caso. Tu pareja parece haberse propuesto estorbarte en el baño, en la cocina o cuando te quieres vestir.

Sales de casa corriendo, coges el coche y atasco. O entras al tren y está atestado de gente. Llegas a la parada del autobús y se te ha ido delante las narices.

Finalmente llegas apurado a la oficina para encontrarte un buzón lleno de correo electrónico. Te preguntas cómo puede ser si ayer dejaste los correos contestados. Apenas has arrancado el ordenador y ya te entra la primera llamada o te viene el jefe o un compañero a pedirte algo super urgente.

Sales a comer y te toca en la mesa de al lado alguien parece hablar a través de un megáfono. El camarero tarda en tomarte nota y luego te trae un plato que deja bastante que desear. La tarde en la oficina sigue con interrupciones, urgencias e imprevistos.

Después del trabajo quieres hacer unos recados. Pero vayas donde vayas o hay cola o ya está cerrada la tienda. Llegas a casa y te dejas caer en el sofá malhumorado y cansado. Enciendes la tele y no hay nada decente que ver. Estás deseando que acabe el día a ver si el siguiente es mejor.

Cómo empezar el día de buen humor

¿Qué podemos hacer entonces para empezar el día con buen pie?

Un sueño reparador

Lo primero es disfrutar de un buen descanso. Un sueño de buena calidad no solamente nos ayuda a recuperar la energía sino también a despertarnos de mejor humor. Por ello procura dormir las horas suficiente y descansar bien.

Levántate con tiempo

Si nada más levantarnos ya tenemos prisa porque vamos a llegar tarde al trabajo no ayudará precisamente a nuestro estado de ánimo. Así que piensa cuánto tiempo necesitas realmente por la mañana para ducharte, vestirte y desayunar. En función de ello pon el despertador con suficiente antelación para llevar tu rutina matutina a cabo con tranquilidad.

También te sugiero tomarte tiempo para meditar, hacer ejercicio, unos estiramientos o yoga. Aunque solo sean 10 o 15 minutos, empezar el día dedicando tiempo a ti mismo y a tu bienestar mejorará tu estado de ánimo.

Además te recomiendo acostumbrarte a tomarte un buen desayuno. Sea en familia o solo, disfrútalo sin prisas. Charla con tu familia, lee algo inspirador o simplemente concéntrate en el acto de desayunar.

Cómo mantener el buen humor

Una rutina matutina tranquila y saludable levantará nuestro ánimo. Pero según avanza el día surgirán muchas situaciones que pueden hacer tambalear nuestro propósito de mantener el buen humor.

Presta atención a tu actitud

¿Hay mañanas en las que piensas cosas como “vaya día que me espera”, “seguro que me echan otra bronca en el trabajo”, “verás como Pepito me toca el pie” o algo parecido?

¿Conoces la profecía autocumplida? Pues resulta que este tipo de pensamientos negativos y prejuicios nos predisponen al mal humor. Además las personas transmitimos nuestro ánimo como energía. Es decir que otras personas pueden consciente o inconscientemente percibir nuestra tristeza o alegría, nuestro enfado o buen humor.

Si nuestra actitud es negativa, es difícil que otros reaccionen de forma positiva a nuestros mensajes. Es más probable que se pongan a la defensiva o agresivos, según su carácter. Así que vigila tus pensamientos e intenta sustituirlos por otros más positivos o al menos neutros.

Toma consciencia de tus expectativas

A menudo nos molestamos y estresamos porque las cosas no son como nos gustaría, porque los comportamientos de otros no concuerdan con nuestras expectativas.

Que tu pareja deja sonar el despertador durante media hora. Que tus niños tardan en desayunar o en vestirse. El conductor que no respeta el paso. La persona que entretiene a todo el autobús con su conversación telefónica. Hay un sinfín de cosas que no nos parecen correctas o de buena educación. Pero, lo creas o no, las personas no se suelen comportar así para molestarte aposta.

Lo que para uno es de mala educación otro no le da importancia. Lo que a uno le molesta a otro le da igual. Cada uno tenemos un bagaje de valores, educación y expectativas. Pero todos podemos decidir cómo nos afecta este bagaje y con qué actitud enfrentarnos a la vida.

Suelta la tensión

Cuando las cosas nos sacan de quicio fácilmente suele deberse a que estamos estresados. Lo que pasa es que a veces no nos damos cuenta que estamos en permanente estado de tensión. En primer lugar recuerda que tú decides cómo te quieres sentir. Tus pensamientos, fruto de tus expectativas, son lo que te llevan a estar molesto por lo que está pasando.

En segundo lugar sugiero que respires tranquilamente, concentrándote en cada inhalación y exhalación para calmarte. En tercer lugar acepta que tus expectativas no siempre se cumplirán y recuerda que los demás no se comportan de cierta forma para molestarte. Date cuenta que ese pensamiento es algo narcisista.

En cuarto lugar considera si puedes hacer algo para mejorar la situación. ¿Puedes llamar a otro la atención sobre lo que te molesta? ¿Serás capaz de decirlo de forma asertiva? ¿Valdrá la pena si el otro te contesta de forma agresiva o entonces te sentirás aún peor? Es mejor elegir tus batallas y aceptar que las cosas no siempre son como queremos. Cuando nos molesta algo conviene mirar primero dentro de nosotros y evaluar nuestro estado de ánimo y nuestra actitud.

Actúa con asertividad

En el párrafo anterior te sugería elegir tus batallas. Pues en casa o en el trabajo nos podemos enfrentar a situaciones que pueden estropear nuestro humor. Cuando nos molestan cosas que son importantes para nosotros, para nuestra convivencia con otros o para nuestro trabajo sí puede ser importante actuar para mejorar la situación.

Pero te sugiero que no reacciones en caliente cuando estés molesto o incluso enfadado. Solo desde la tranquilidad y desde la aceptación de que otros no siempre se comportan como nos gustaría podremos actuar con asertividad. A veces es necesario dejar claros nuestros límites para hacernos respetar.

Disfruta de las pequeñas cosas

Hay muchas maneras de mantener el buen humor. Es cuestión de entrenarnos para apreciarlas y disfrutarlas.

El aire fresco de la mañana en la cara. Los rayos de sol que la calientan. Los árboles meciéndose al viento. Edificios bonitos que te encuentras a tu paso. El conductor del autobús que te saluda con una sonrisa. La dependienta amable que te ayuda a encontrar tu talla de una prenda. El chiste que te envía un amigo. El comentario gracioso de un compañero. Un abrazo de tu pareja. La sonrisa de tus hijos cuando los recoges del colegio. El libro inspirador que estás leyendo. Entregar un trabajo bien hecho. Recibir un cumplido. La sensación de cansancio agradable después de hacer ejercicio.

Podría seguir enumerando un sinfín de cosas que nos pasan a lo largo del día y que son una oportunidad para estar de buen humor. La cuestión es saber apreciarlas y deleitarnos en el momento. Abre la mente y todos los sentidos a las oportunidades para disfrutar y sonreír.

Haz cosas que te divierten

Aunque pueda parecer obvio, tómate tiempo para las cosas que te gustan y divierten. A veces parecemos estar demasiado ocupados para divertirnos. Pero si quieres mejorar tu estado ánimo dedica tiempo a lo que te hace feliz. Escucha música, canta, dibuja, lee, queda con amigos etc. Tómate tiempo para el disfrute.

Sonríe porque sí

Si estamos de buen humor y nos divertimos sonreímos y nos reímos más. Eso lleva a una sensación de bienestar además de ser beneficioso para nuestra salud. Producimos entonces serotonina, la llamada hormona de la felicidad. Esta sustancia no solo influye en el estado de ánimo. También regula la digestión, la temperatura corporal, influye en el ciclo de sueño y reduce la agresividad.

Pero lo curioso es que podemos provocar la producción de serotonina y con ello la mejora de nuestro estado de ánimo. Eso no solamente se puede conseguir haciendo ejercicio físico como seguramente ya sabrás. Resulta que ponerte una sonrisa en la cara, aunque no sientas ganas de sonreír, transmite el mensaje a tu cerebro que estás contento. Y eso llevará a sentirte mejor y mejorar tu estado de ánimo. Así que si te sientes de bajón intenta sonreír un rato.

¿Cómo mantienes el buen humor?

¿Te levantas por la mañana de buen humor o te cuesta? ¿Cuáles son tus trucos para mantener el buen humor a lo largo del día?

Fuente: The Corner of Excellence

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