El embarazo causa cambios drásticos en el cuerpo de la mujer, y no solo es el crecimiento de su abdomen. Los vómitos, frecuentes en los primeros meses de gestación, afectan el esmalte dental y pueden producirse caries o empeorar la condición si ya existía.
La recomendación de los especialistas es que la mujer, si planifica el embarazo, acuda a una revisión dental antes de quedar en estado de gravidez. Pero, si no lo hizo, que visite al dentista en cuanto conozca su condición.
La razón es que él pueda controlar la caries o algún problema en las encías, pues está demostrada la vinculación entre estas enfermedades y las afectaciones al feto.
Los tratamientos odontológicos pueden ser aplicados a las embarazadas sin comprometer la salud del bebé durante el segundo trimestre, o sea, entre el cuarto y el sexto mes de gestación.
En ese periodo el especialista puede colocar anestesia local con la seguridad de que habrá ningún riesgo para la vida de la madre y el bebé.
Pero, si es necesario tomar radiografías dentales confirmar que todo el diente haya sido extraído o para valorar la posición del diente la mujer deberá usar un chaleco de plomo para proteger a su hijo de la radiación.
Ante una molestia en la boca cuando se está embaraza, lo mejor es acudir al dentista, y no automedicarse con analgésicos o antibióticos.