A excepción de aquellos que tengan unos nervios de acero, la mayoría de nosotros hemos sentido alguna vez esa sensación de ansiedad cuando estás a punto de entrar a una importante entrevista de trabajo, a enfrentarte a un examen final o a disputar una gran competición deportiva. Todas estas situaciones provocan unos nervios, un cosquilleo, la sudoración y una tensión muscular que sirve para preparar a tu cuerpo ante una posible huida o lucha, lo que el organismo entiende como una situación de peligro.Esto es del todo normal y no supone ningún problema, sí que lo es cuando aparece en situaciones completamente normales o de forma demasiado frecuente y tan intensa que llegue a bloquearte.
En el siguiente artículo de unCOMO queremos darte todas las claves para que puedas detectar si sufres ansiedad, además, te hablaremos acerca de los tratamientos para poder superarla. Si te interesa te recomendamos que sigas leyendo este artículo sobre los síntomas y tratamiento de la ansiedad nerviosa.
Causas de la ansiedad nerviosa
No se puede hablar de una causa única de la ansiedad nerviosa. Normalmente hay una base genética que predispone a la persona, una estructura cerebral, química y de neurotransmisores que hace que haya personas que tengan más probabilidades de desarrollar este trastorno que otras. Del mismo modo, hay ciertos factores ambientales que influyen y que pueden desencadenar ansiedad nerviosa. A continuación te explicamos cuáles son las principales causas de la ansiedad:
- Herencia genética: es más probable que sufras ansiedad si un familiar la sufre.
- Ambiente familiar: crecer en una familia desestructurada o en un ámbito familiar convulso aumenta las posibilidades.
- Neutransmisores cerebrales: ya sea por dormir poco, por una dieta inadecuada o por un estrés excesivo, estos neurotransmisores están desnivelados.
- Vivir una situación de crisis: como la muerte de un familiar, sufrir un accidente, tener un hijo o divorciarse.
- Sufrir estrés habitualmente.
- Descontento e incapacidad por resolver ciertos problemas de la propia vida.
Ansiedad nerviosa: síntomas físicos
Alteraciones del sueño
Tener problemas para poder dormirse, despertarse en medio de la noche y ser incapaz de volver a conciliar el sueño o, todo lo contrario, tener demasiado sueño por mucho que se duerma, son uno de los principales síntomas que se vinculan a la ansiedad nerviosa. No obstante, esto no significa que todos los casos de insomnio tengan que ver con la ansiedad.
Tensión muscular
Entre las personas que sufren de ansiedad nerviosa es habitual que sufran de problemas y tensión muscular dado que, inconscientemente, aprietan sus músculos y mantienen posturas que acaban siendo perjudiciales. Apretar los dientes o tensar los músculos del cuello son uno de los primeros síntomas que aparecen.
Indigestión crónica
Como estamos viendo es bastante común que la ansiedad se somatice, es decir, que se manifieste mediante síntomas físicos. Seguramente alguna vez que hayas estado muy nerviosos habrás notado como la tripa se te revolvía. El caso es que la ansiedad afecta al estómago, haciendo que se presenten problemas de digestión, dolores estomacales, hinchazón abdominal, gases y, o bien estreñimiento o bien diarrea.
Comportamientos compulsivos
Como veremos más adelante, los pensamientos repetitivos y compulsivos que no se pueden sacar de la cabeza son uno de los síntomas más habituales de la ansiedad. Pero a veces pasan del pensamiento a la acción, comportamientos compulsivos que se convierten en una especie de ritual del que no podemos escapar. Contar antes de abrir la puerta, lavarse las manos repetidamente, establecer patrones, etcétera, son acciones que provocan que nos agobiemos y que tengamos pánico y malestar. En este artículo te explicamos cómo saber si una persona tiene trastorno obsesivo-compulsivo.
Ansiedad nerviosa: síntomas psicológicos
Miedo escénico
Hay mucha gente que lo pasa mal cuando tiene que hablar en público, pero no todos estos tienen ansiedad nerviosa. Lo que sí puede ser un síntoma es empezar a anticipar situaciones ante las que puedes estar delante de gente, intentar evitarlas o que el miedo te paralice.
Fobia social
Lo que acabamos de comentar tiene mucho que ver con la fobia social, cuando la persona empieza a sentir en situaciones cotidianas de la vida corriente síntomas de la ansiedad. No debe confundirse la fobia social con la timidez, la primera es una afección que paraliza y que puede llegar a provocar sudores, náuseas, temblor y un miedo irracional solo por la simple idea de pensar en estar en público.
Ataques de pánico
Un ataque de pánico podría definirse como el estado ansioso por excelencia, la sintomatología de esta condición llevada al extremo en un momento puntual. Es una alteración completa que causa un enorme miedo, sobretodo un miedo al no saber controlarse y miedo a los propios síntomas. Algunos de los principales síntomas de un ataque de pánico son las arritmias y palpitaciones, dificultad para respirar, sudoración, opresión en el pecho, hormigueo en las extremidades, etcétera.
Traumas
Entre aquellas personas que sufren de ansiedad nerviosa es muy habitual la presencia de traumas. Situaciones pasadas que causaron algún tipo de impacto y que se revive una y otra vez de una forma que perturba el estado de ánimo de la persona.
Perfeccionismo
El perfeccionismo es uno de los signos más característicos de la persona ansiosa. En cierta forma se puede ver como una forma de autoboicotearse, de imponerse unos límites imposibles para dejar de hacer aquellas cosas que le dan miedo. Este perfeccionismo acusado provoca que la persona se esté juzgando constantemente y, obviamente, que no cumpla con sus propias expectativas, haciendo que baje el autoestima y aumente la ansiedad.
Dudar
La duda es el estado habitual del que sufre ansiedad nerviosa. Lógicamente, todos dudamos en algún u otro momento, no obstante, en estos casos la duda se vuelve obsesiva.
Preocupación excesiva
La persona se preocupa sobremanera por pequeños aspectos de la vida cotidiana, tiene pensamientos habituales sobre todas las cosas que pueden salir mal, pensamientos que son muy difíciles de olvidar. Estos miedos suelen girar en torno a cosas que, en una situación normal no deberían provocar ningún tipo de temor o, al menos, no en el grado inhabilitante en el que lo hacen.
Ansiedad nerviosa: tratamiento
A nivel médico, el tratamiento que suele recetarse en casos leves de ansiedad nerviosa son los fármacos antidepresivos o terapia psicológica. Dependiendo de la gravedad del caso, también puede ser que se tengan que combinar los dos. La terapia que se acostumbra a llevar a cabo es la cognitiva conductista. Por este método lo que se intenta es que el paciente entienda la relación que hay entre su comportamiento y su pensamiento, para que de este modo logre sobrellevar la ansiedad y obviar los pensamientos negativos. Aunque en muchos casos la ansiedad es crónica, la realidad es que generalmente se consigue mejorar enormemente.
El hecho de que sea crónica se debe a que no hay ningún medicamento ni remedio que cure la ansiedad, simplemente ayudan a que podamos controlas su sintomatología. Los principales fármacos que se recetan son:
- Ansiolíticos
- Bloqueadores beta
- Inhibidores de la recaptación de la serotonina
Es muy importante que el paciente siga al pie de la letra las pautas marcadas por el médico, pues una mala administración de las dosis o alteraciones en el diseño del tratamiento pueden afectar muy negativamente.
Tratamiento natural para la ansiedad
Infusión de tila
Desde hace muchas generaciones que se conocen las grandes propiedades calmantes que tiene esta planta, lo que la convierte un un fantástico remedio para aliviar esos estados nerviosos y de ansiedad. Tomarse 2 o 3 tazas diarias de tila pueden ayudar a mantener a tus nervios a raya, eso sí, ves con cuidado no te tranquilices demasiado y te entre el sueño.
Valeriana
Otra de las plantas que ofrece grandes beneficios para el tratamiento natural de la ansiedad nerviosa es la valeriana. Esta planta, que puedes tomarla en forma de infusión o a través de suplementos alimenticios, tiene una gran poder como sedante, actuando directamente sobre el sistema nervioso y haciendo que te relajes con mucha facilidad.
La preparación de su infusión es muy sencilla. Solo debemos añadir un poco de raíz de valeriana a un tazón con agua hirviendo y esperar unos minutos a que infusiones y que el agua capte todos los beneficios de la planta.
Meditación
En los últimos tiempos se han venido haciendo populares los beneficios de la meditación para la ansiedad nerviosa y el estrés, sobretodo gracias a las técnicas que llegan de la tradición oriental. El Yoga, el Tai Chi o el Reiki son una serie de tratamientos completamente naturales que pueden convertirse en grandes aliados a la hora de combatir y controlar la ansiedad. Estas técnicas abogan por liberar la mente de los problemas y dejar atrás las tensiones, consiguiendo un estado de relajación y bienestar que se puede sentir a nivel físico.
Este artículo es meramente informativo, en unCOMO no tenemos facultad para recetar ningún tratamiento médico ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.
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