Ventajas de ducharse en agua caliente

Desde Nedgia, como expertos en instalación de agua caliente sanitaria, te queremos mostrar los beneficios de darse una buena ducha con agua caliente sin interrupciones. Podemos conseguir un efecto detox, promover la renovación celular de nuestra piel o reducir procesos inflamatorios de nuestro cuerpo.

¿Es bueno ducharse con agua caliente?

Sí, las duchas con agua caliente son recomendables, pero siempre que no duren más de 15 minutos y no superen los 37ºC.

Ventajas de ducharse con agua caliente

Ducharse con agua caliente cuenta con múltiples ventajas, tanto a nivel físico como mental y con gas natural es mucho más barato. Te contamos todas las ventajas de ducharse con agua caliente:

1. Relaja los músculos del cuerpo

El agua caliente dilata los vasos sanguíneos y mejora la oxigenación de nuestra sangre. Esto hace que los músculos reciban más oxígeno, acelerando su recuperación y aliviando el dolor muscular y el cansancio.

Así que después de una dura jornada, conseguirás relajar y desinflamar los músculos doloridos ya sea por un ejercicio físico intenso o por las contracturas derivadas del estrés.

El agua caliente también afloja tendones y tejidos que pueden estar rígidos, lo que ayuda a prevenir lesiones. Esta ausencia de rigidez, especialmente en cuello y espalda, nos permitirá también afrontar el día con más energía.

2. Reduce la fatiga de tu cerebro

Llegar a casa, quitarse la ropa, descalzarse y darse una ducha calentita, relaja hasta al más nervioso. Lo más importante es disponer de un rato para relajarnos, pero una alta temperatura del agua antes de dormir provoca vasodilatación y predispone a coger el sueño.

Nos hace sentir limpios física y psicológicamente, dejando atrás cualquier problema que nos haya molestado a lo largo del día.

3. Alivia el dolor de cabeza

¡Qué mejor masaje que un chorro de agua caliente en la cabeza! Además, el calor dilata los vasos sanguíneos y permite que el oxígeno llegue a las células de todo tu cuerpo.

Hace desaparecer el dolor palpitante de las cefaleas gracias a la vasodilatación.

4. Estimula la circulación

La función principal de nuestro sistema circulatorio es la oxigenación de las células y con el agua caliente se dilatan los capilares sanguíneos, mejorando el paso de la sangre por todo nuestro cuerpo.

Si usamos una esponja aumentamos este estímulo a la circulación y al sistema linfático, que es el responsable de mantener saludables a los tejidos de tu cuerpo.

5. Descongestiona las fosas nasales

Al ducharnos con agua caliente, el vapor que se libera ayuda a descongestionar las fosas nasales y a limpiar los senos paranasales, facilitando la eliminación de la mucosidad.

En primavera, los cambios en el clima nos hacen más propensos a resfriarnos y también es época de alergias, por lo que podemos ayudarnos de un baño caliente para mejorar la molesta congestión nasal.

6. Calma la ansiedad

La clave para que un baño de agua caliente relaje es convertirlo en un hábito. Así será nuestro aliado perfecto para sobrellevar el estrés y la sensación de ansiedad.

Hay estudios que demuestran que consiguen una disminución significativa de los pensamientos pesimistas sobre su futuro, calmando cuerpo y mente. Cuando salimos del agua caliente nuestro cuerpo experimenta una ligera disminución de la temperatura corporal que hace que el cerebro se adormezca.

Se puede combinar con meditación para mejorar nuestro objetivo, ya que el sonido del chorro de agua es un magnífico punto de enfoque para tu mente y funciona como un excelente masaje.

7. Elimina toxinas

El agua caliente en nuestra piel mejora el flujo de la sangre de nuestro sistema circulatorio y se abren los poros facilitando la eliminación de toxinas.

Además, se estimulan los sistemas circulatorio y linfático, permitiendo a nuestro cuerpo drenar y expulsar los desechos que ya no necesita, y limpian las fosas nasales.

Desventajas de las duchas calientes

Las duchas calientes cuentan con muchos beneficios, pero también pueden llegar a ser nocivas si la temperatura está demasiado alta (por encima de nuestra temperatura corporal) o si los alargamos durante mucho tiempo.

• Pueden secar e irritar la piel. ya que causan daño a las células de queratina que están en la capa más externa de la piel (epidermis). Si seca la piel, se impide que las células retengan la humedad y esto puede causar picores, incluso producir un eccema o dermatitis atópica en pieles más sensibles.

• Si prolongamos mucho una ducha caliente, la temperatura de nuestra piel aumenta, haciendo que las células se inflamen y que podamos experimentar sensación de picor, tirantez, irritación o inflamación.

• Si se abusa del agua muy caliente, podemos eliminar la capa natural de grasa que protege nuestra piel. En personas con pieles sensibles o con acné, la piel puede resecarse y producir un desequilibrio lipídico que empeora las lesiones propias de estas patologías.

• El agua caliente puede aumentar la presión sanguínea, por lo que no es lo más indicado si tienes la tensión alta o alguna enfermedad cardiovascular.

Fuente: Nedgia

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