Es muy común que algunas personas dejen de asistir a los controles periódicos entre dentistas, por miedo a los procedimientos médicos. En este artículo, te ayudaremos a conocer mejor qué puedes hacer para alcanzar una salud oral óptima.
Recuerdan que es importante que el cuidado de la boca y los dientes comience en la infancia, para evitar problemas con los dientes y encías, como caries o la pérdida de los dientes.
Estos son los consejos para perderle el miedo al dentista que propone la organización, y que retomamos a continuación:
- Encuentra un dentista comprensivo
Puedes preguntarle a tus amigos y conocidos o buscar específicamente un profesional que se especialice en pacientes con ansiedad.
- Visita la clínica antes de la primera consulta
Antes de pedir tu primera cita, visita la clínica, conoce al recepcionista y al dentista y mira cómo es el ambiente. También puedes informarles de tu ansiedad o fobia para que lo tengan en cuenta para tus futuras visitas.
- Elige una cita a primera hora de la mañana
Así tendrás menos tiempo para pensar en tu fobia e ir acumulando ansiedad durante el día
- No llegues antes de tiempo a tu cita
Trata de llegar a la hora en punto para no tener que esperar en la clínica. En la sala de espera puedes sentirte más ansioso ante los sonidos y olores.
- Planea una primera cita “suave”
No te metas de buenas a primeras en empastes, endodoncias y anestesias. La primera visita puede ser una revisión o una limpieza, y puedes aprovecharla como una manera de conocer un poco más a tu dentista en una visita totalmente libre de ansiedad. Cuando te sientas más cómodo puedes proceder a hacer tratamientos más complicados.
- Acuerda una señal para avisar que te sientes incómodo
Puedes acordar con tu dentista una señal concreta para indicarle que necesitas un descanso y quieres que pare. Puede ser simplemente señalar con el dedo o levantar la mano pero te hará sentirte más en control.
- Lleva tu propia música para relajarte y distraerte
No olvides tus auriculares y tu música favorita para relajarte o abstraerte mientras el dentista hace su trabajo. El tiempo se te pasará mucho más rápido y probablemente no escuches tanto los sonidos que te generan ansiedad.
- Finalmente, si tienes una fobia grave, explora la posibilidad de sedación.
Si ir al dentista te genera una ansiedad extrema puedes explorar la posibilidad de sedación. Hoy en día es posible hacer tratamientos dentales totalmente sin dolor. Una crema local en las encías puede hacer que no sientas la inyección de anestesia. Además, existe la sedación por inhalación que puede ser muy útil para relajarse durante el procedimiento dental. Es una opción parecida al “gas de la risa” que se le administra a través de la boca a las mujeres que dan a luz, pero en este caso a través de la nariz.