El café data de mucho tiempo atrás, aunque su origen exacto se desconoce. Se cree que los primeros en descubrir los efectos energizantes de esta planta fueron los etíopes, cuando un pastor de cabras notó un cambio en el comportamiento de su rebaño después de que los animales comieran las bayas de un arbusto del café. Desde allí, el café fue extendiéndose por el resto de África y Medio Oriente, y luego hacia Europa y el continente americano. El café es hoy un alimento consumido a nivel mundial. Aunque sus mayores productores se encuentran en algunos países de Sudamérica, Asia y, en tercer lugar, África.
La cafeína, estimulante natural
Las cabras del pastor etíope seguramente se mostraron más despiertas y activas, debido al efecto de la cafeína. Esta sustancia no aporta energía en sí misma, sino que actúa inhibiendo las señales de cansancio del cuerpo, es decir, bloquea los sensores de cansancio y nos permite estar más activos, con nuestros propios recursos.
En realidad, la cafeína no aporta energía. Esta sustancia inhibe las señales de cansancio de nuestro cuerpo, y nos permite estar más activos.
El riesgo es que seamos sensibles a la cafeína, en cuyo caso nos interesará limitar su entrada o escoger el momento del día. También existe la posibilidad de generar dependencia, es decir, de necesitar ese o esos cafés para funcionar. Allí, lo interesante sería plantearse el motivo de cansancio y combatirlo de raíz, en lugar de seguir aumentando la ingesta de café.
Elige el momento y la dosis
En la dosis está el veneno. La cafeína puede ayudarnos a no estar cansados o a rendir mejor, pero, si lo tomamos en una situación de estrés sostenido, debemos vigilar la cantidad pues podríamos contribuir a agotar las glándulas suprarrenales, ya que nuestra sustancia estimula la producción de adrenalina. Si después de tomarlo sientes palpitaciones o ansiedad, quiere decir que, o estás tomando demasiado, o debes dejarlo.
El mejor momento para tomarlo sería de 9h30 a 11h30 o de 13h30 a 17h, que es cuando los niveles de cortisol (nuestra hormona del estrés) no están elevados. A primera hora de la mañana, con los niveles de cortisol más elevados, los efectos de la cafeína no se notarán tanto. Después de las 17h se corre el riesgo de entorpecer el descanso nocturno.
Lo más recomendable es tomar café entre las 9:30h y las 11:30h, momento en el cual nuestros niveles de cortisol (hormona del estrés) están más bajos.
Por otra parte, es interesante alejar el café de las comidas ya que, entre sus compuestos, hay ciertas sustancias que interfieren en la absorción de algunos nutrientes, como el hierro y el calcio.
Más allá de la cafeína
Aunque la cafeína es la sustancia por la que probablemente haya que plantearse un límite en la ingesta del café, nuestro grano tiene otras propiedades de interés, como son vitaminas, minerales y antioxidantes.
Existen estudios que asocian el café con una reducción de riesgo de diabetes tipo II y prevención de enfermedades hepáticas. Es probable que esto se deba a su gran riqueza en polifenoles.
Elige calidad
Escoger un café de calidad es básicamente apostar por el grano entero y molerlo en casa o escoger un grano molido de origen confiable.
Si elegimos un café de producción ecológica estaremos asegurándonos de que la planta conserva mejor sus propiedades y la ausencia de tóxicos.
Una opción interesante es el café liofilizado. La liofilización es un proceso que consiste primero en una ultra congelación, y después deshidratación. El resultado es un café soluble, que conserva intactos su aroma y sabor.
Olvídate del torrefacto y también del instantáneo, por favor. Este último suele llevar acrilamidas, una sustancia potencialmente cancerígena, además de que muchas veces tiene azúcares añadidos. Cuanto más procesado esté el café, menos micronutrientes y propiedades antioxidantes.
¿Cómo endulzarlo?
Buscarle un endulzante adecuado es todo un capítulo aparte. Lo ideal, por supuesto, será que lo tomes amargo y disfrutes de su aroma, pero, si no es posible, una alternativa muy interesante es la de echarle un poco de canela, que además de endulzarlo de manera sutil, le da un gusto especial, muy agradable, y le aporta los beneficios de esta especia.
Si prefieres un endulzante más potente, entonces escoge un azúcar de calidad e intenta echarle cada vez menos, para ir acostumbrándote al sabor original del café negro.
Lo ideal es tomar el café solo, pero si su sabor te resulta demasiado fuerte, la canela es una alternativa muy interesante: lo endulza sutilmente y aporta los beneficios de esta especia.
Dicen los verdaderos amantes del café que no hay como tomar un buen café amargo.
Los cafés en cápsula, la peor opción para el planeta
El café en cápsulas supone una producción de residuo de plástico y aluminio absolutamente excesiva y poco responsable. Por suerte la humanidad está cada vez más sensibilizada con este problema y cada vez somos más los que nos sumamos a evitar este tipo de desecho medioambiental. Si quieres cuidar el planeta, mejor opta por una buena cafetera italiana o del estilo.
Fuente: Sol Natural
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