Comer bien no tiene por qué ser caro

Deborah García Bello nos recuerda que tenemos a mano muchas verduras y legumbres procesadas que cuestan casi lo mismo que las verduras frescas y nos ahorran tiempo de preparación.

“Me refiero a espinacas congeladas y precocidas, coles de Bruselas, brócoli, zanahorias, guisantes… y garbanzos, frijoles o lentejas enlatados”.

Los productos lácteos como la leche y el yogur natural también son saludables y económicos. Consumo recomendado.

Se recomienda encarecidamente un mínimo de dos porciones de verduras y hortalizas al día. Esto incluye vegetales crudos (como ensaladas mixtas) y vegetales cocidos (excluyendo papas).

Se entiende por «ración» unos 145 gramos de verduras o legumbres crudas y limpias.

He aquí algunas sugerencias: un plato pequeño de verduras cocidas (remolacha, espinacas, col, brócoli, champiñones, judías verdes, zanahorias, calabaza, judías verdes, etc.), un plato grande de caracoles o lechuga, media berenjena, un calabacín o un tomate grande, una achicoria, un pimiento mediano, un pepinillo, una zanahoria grande, o cuatro alcachofas medianas o seis buenos espárragos.

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Excepciones a la “regla general” sobre comer sano

Deborah también señala a los medios de comunicación como los responsables de esta creencia y advierte que se puede llevar una dieta completamente sana sin quinoa, chía ni espelta.

Pero los informes constantes de estos alimentos exóticos, denominados «superalimentos» o «alimentos de desintoxicación», crean la falsa impresión de que son necesarios e irremplazables, en lugar de una fuente constante de nutrientes como muchos otros alimentos.

O la moda de las opciones sin gluten o sin lactosa, que cuestan más y suelen incluir información sobre salud, pero solo para personas con intolerancias.

No cabe duda de que, como aseguran los expertos en nutrición, el camino más saludable hacia la salud es un cambio de hábitos alimentarios, junto con un poco de ejercicio, pero ¿cuáles son las implicaciones para la economía?

Según varios influencers veganos y veganos, empezar a comer alimentos sanos y orgánicos puede resultar más caro que seguir comiendo tamales o unas papas y refrescos en el almuerzo, pero a la larga, comer frutas, sodio y verduras y alimentos que son bajo en carbohidratos será una buena inversión para tu organismo y tu bolsillo.

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Cuando se trata de comida, no hay necesidad de sacrificar el sabor o la salud

Todos los pescados son saludables, por lo que cualquier pescado es una buena opción (y son muy asequibles).

«Si elegimos congelarlo, no debe ser rebozado o hecho con pasta, debe ser pescado, simplemente congelado.

Debemos alejarnos de los pescados ultraprocesados como el surimi o los palitos de cangrejo y optar por los procesados saludables como las sardinas enlatadas». alimentos», afirmó el doctor en química.

La pasta integral es más saludable que la pasta refinada y algunas marcas la venden a precios muy competitivos.

«Algo similar sucede con el pan; la harina de trigo integral suele ser más cara que la harina refinada sola, pero sigue siendo un alimento bastante barato».

Si su respuesta fue «ninguna», «sosa» o «falta de azúcar o sal», déjeme decirle que tiene un problema.

Sí, ese problema es que estás tan acostumbrado a la comida chatarra. Es comida ultraprocesada, dulces, comida rápida.

Estos son productos, no alimentos cercanos a su origen natural.

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